lunes, 18 de octubre de 2010

El Tata

Parecía ayer, cuando todos nos reuníamos en la mesa a celebrar cualquier ocasión; un cumpleaños, un aniversario, un ascenso, hasta un aumento de sueldo eran motivo para sentarnos todos juntos y brindar con una copa. Pero los tiempos cambian, desde que falleció el abuelo ya nada es lo mismo. Los primos se fueron del país por una propuesta de trabajo que prometieron no aceptarla, pero sin embargo rompieron con ese juramento, el tata les decía que sobraban puestos y que no bajaran los brazos que algún día encontrarían lo que buscaban y que no era necesario irse de la patria. Mi hermana después que se casó tubo dos hijos a los cuales está muy orgullosa, pero su marido terminó preso por las drogas, y eso que el abuelo siempre le dijo que ese tipo era un desastre y que no servía ni para trapo de piso.
Mi tía, se entristeció tanto que dejo lo que más quería; la danza. Antes bailaba en todos los teatros más lujosos del país, le encantaba el ballet, pero ahora solo se sienta en el sofá a mirar televisión, y cada vez que pasan sobre algún concierto con danza, ella solo se pone a llorar sus penas, El tata siempre le dijo que no dejara la danza, que le abriría muchas puertas, pero así terminó solo decidió abandonarla.
Mis padres, dios los tenga en la gloria, fallecieron en un accidente de tránsito camino a la capital, se iban a mudar porque a mi padre lo querían trasladar a la sede central, lo pretendían ascender al puesto de director general de la empresa, era el sueño del abuelo, el siempre quiso que su hijo llegara a ser algo importante, pero así terminó.
La familia se desintegró completamente, atrás quedaron momentos de felicidad, amor, alegría y esperanza. De todo esto, solo quedan cenizas, un viejo recuerdo del pasado.
Se puede decir que mi vida fue la más feliz, de todas ya que estoy casado, tengo tres hermosos hijos y una esposa que amo con el alma entera, tengo un trabajo agotador, pero bueno es mejor que estar desempleado.
Una vida simple, sin nada más que pedir, lo básico para vivir, aún recuerdo las palabras del abuelo, cuando decía, “este es un buen chico, va a llegar muy lejos, más que muchos, será muy feliz y valorará todo lo que tenga…”
Ahora lo entiendo completamente…

Escrito por Cristian Serron (CTS)

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