miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cafe Canibal - Parte III

Apenas finalizo de escribir corrió tras el mouse de la pc y se detuvo cinco segundos, para pensar lo que hacia. Su mirada lo delato y enseguida clickeo sobre “Publicar”.
Se levanto tan rápido, que ni siquiera noto cuando tiro un monton de cd's que tenia apilados en el escritorio. Su alegria lo desbordaba cual general luego de ganar una batalla. Se detuvo frente a la radio y la encendió. Subió el volumen de un giro; la musica se sentía desde la otra calle, pero a el no le fastidio. Escucho a Beethoven y su sinfonia numero nueve, cuatro o cinco veces. Miraba cada cinco minutos la pantalla de la computadora, esperando la respuesta de alguien hasta que a los cinco minutos sucedió. Habia un mail de una desconocida en el buzon de entrada. Se apodaba “Carne Fresca”, decia tener veintiséis años, dos mas que el. Comentaba estar interesada en la propuesta, pero no por placer, sino porque cree que su vida es un asco. Ademas adjunto una foto, rogandole que suceda de una vez.
El pobre tipo con excitación abrio la foto y la miro con euforia, pues ella era hermosa. Una chica castania de ojos miel, con un rostro de impresion tersa, no delgada, pero tampoco gorda. Era perfercta.
La deseaba cada vez mas, a cada segundo que miraba esa imagen se ilusionaba con todo lo que podria hacer. Respondio enseguida preguntandole de donde era para poder encontrarse de una vez. Ella no tardo en contestar. Menciono que era boliviana y vivia que en plena capital. Toda la situacion era como vivir en el paraiso. Una chica latina que pedía que el con sus fuertes y masculinas manos, la ayude a terminar con su dolor.
Continuaron la conversacion digital arreglando encontrarse en dos dias frente a la universidad de Chile alli en calle Bella Vista. Su emocion corria con la impaciencia de un ninio, no paraba de ilusionarse y de imaginar las cosas que haria. Frente a tanta desesperación decidió quedarse un poco mas en el ordenador para bajar los nervios. Volvió al foro donde había publicado el mensaje para ver que dirían los demás usuarios. Entre ordinarieses y palabras mal ubicadas hacia su persona, encontró un comentario que le llamo mucho la atención:
“Hola
Yo estoy buscando el video original de Armin Meiwest, me preguntaba si tu sabrias como obtenerlo. Yo trabajo en una tesis, me interesa lo que haces. Si sabes algo del video o te gusta la idea de hablar, pues me gustaria hacerte varias preguntas, espero no te ofendas. Mi correo es: ******@********.com
Espero tu respuesta.
Jenny”

sábado, 10 de diciembre de 2011

Cafe Canibal - Parte II

Sus pasos marcaban un vals perfecto, sus manos marcaban el tempo, era como estar en un concierto de música clásica. El sentía en su cabeza la melodía, esa perfección que perdió hace tanto tiempo, esa perfección que le arrebataron hace años, aquello tan preciado como la vida misma.

Ahora ya no importa, se siente satisfecho en amplios sentidos. Su camisa a cuadros volaba contra el viento resaltando sus colores rojizos frente al ambiente gris. Cuando notó que su remera se veía demasiado, con temor y desaparición la cubrió. Al tender su mano para agarrar la camisa y taparse, se manchó de aquella sustancia que tenia en su remera, aquel fluido rojo y espeso. De una mirada lo vio y suavemente con la lengua lo limpio; su cara se transformo; era el éxtasis, el placer.

Llego a su casa apurado, pero cansado tiro su camisa y su remera en el lavarropas e incendio sus championes negros en la pileta con alcohol. Ese trasto mas negro y carbonizado que antes lo deshecho en la papelera que se ubicaba a la izquierda. Corrió con desesperación a la computadora que tenia sobre su preciado pero manchado escritorio plateado. La encendió y tipeó una dirección www.cafecanibal.com cuando finalizo la carga, se encontraba frente a una web normal, un foro sin nada resaltante. Solo una palabra llamada su excitada atención CANÍBAL. Cuando veía sus letras sentía el éxtasis, su miembro se levantaba con fuerza, su lengua deseaba y recordaba ese sabor. Una oleada de recuerdos inundo su mente, desde su infancia cuando Tommy ese caniche toy que tanto amaba la familia termino desaparecido.

El lo quería mucho al can, pero no lo soporto, lo vio con deseo e imaginación, quería creer que era algo mas que simplemente Tommy; alguien mas. Tomo las patitas traseras del inocente perro y separándolo del suelo lo golpeo contra un tronco del jardín, el animal grito una... dos veces... y simplemente dejo de respirar. Lo abrió con la vieja navaja de papa que andaba tirada al costado de una maceta y mordió su pata, esa carne ese fluido sanguíneo y crudo. Fueron minutos hasta que reacciono frente a tal actitud. Se sentía enfermo, desquiciado. Perdió el control y comenzó a vomitar con desesperación, regurgitando la sangre que había ingerido. Atino a embolsar el cadáver del animal y llevarlo a una papelera publica de la avenida. Lo deposito con cuidado sin que nadie lo viera y salio corriendo desesperado. Era un pequeño de 12 o 13 años común corriendo por plena calle Providencia.



Cuando volvio en si y sus ojos volvieron a su lugar, comenzo a teclear mirando la pantalla:

Busco: Busco mujer o Hombre, deseo de llevar acabo cosas impensables absoluta discrecion; bromistas abstenerse. Mi correo *******@******.com

No importa la edad, solo mayores de edad.

P/D: Tengo mucha hambre :)

ASD (Invitado)”

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cafe Canibal - Parte I (Novela para el concurso Onetti 2012)

28/5/9- Santiago de Chile, Chile.



La mañana amanecía con su aire recio y desesperado de la ciudad, los autos iban y venían apurados y estresados, impulsados con su tos ronca y enferma. Los niños jugaban respirando ese hedor negro y espeso que no permitía siquiera que se vieran cuando jugaban.

En el medio de la calle se presenciaba a la policía, con su patrullero en la puerta de la casa de Alicia, cortando el trafico e indicando con sus graciosas manos que den vuelta y tomen algún otro camino. Los vecino alarmados se desesperaban por saber que sucedía, las viejas que hacían años vivían allí movían sus caderas con rapidez y fluidez para tratar de averiguar que cosa tan horrible le pudo pasar a la chiquilla. Los alambrados que pusieron provisorios detenían a todos de su estúpida y molesta curiosidad. Sin embargo el vecinito, el pequeño Lucas siempre decia que quería ser Policía, y su inocencia provoco cruzar el limite a preguntarle al oficial las cosas que hacia. Se encamino hacia el detective de casos complejos, mientras este a su vez se adentraba en la vivienda. El niño sin ser visto se cruzaba entre las piernas de los oficiales para llegar a su meta; atravesando puertas y pasillos dentro de la modesta casita. Las paredes estaban en decadencia, y los pisos estaban destruidos, con sus baldosas despedazadas. El crío a medida que avanzaba se atormentaba creyendo que ingresaba a esas casas encantadas donde vivían las brujas y los demonios.

Pues algo peor lo esperaba del otro lado de esa puerta roja al final del pasillo, esa misma puerta a la que el oficial había ingresado hacia unos segundos. Al verlo adentrarse en la habitación el niño se desespero por llegar al otro lado corriendo sigilosamente, como un zorro cuando intenta conseguir su comida. Cuando se poso enfrente al portal, estiro sus dedos del pie para llegar con su manita al picaporte.

Cuando abrió, la terrible imagen lo descoloco, allí estaba la vecina sentada en el sillón, como siempre lo hacia mientras miraba televisión. Pero en su vientre; algo tenia en su vientre, parecían tripas, como las que papa echaba en la comida del perro. Pero salían de ella. Estaba Sangrando! Que le pasa?!? Porque no se mueve?!? Sus orbitas deseaban reventar, temblaban con desesperación. Su cuerpo se tenso y comenzó a sacudirse. Tenia miedo, no quería terminar así.

Entre su desesperación lo sintió, una mirada que se clavaba en su cara. Miraba a los costados y no la encontraba, sin embargo allí estaba. El oficial lo vio, corrió cuanto pudo hasta llegar a la puerta y abalanzarse a la gente amontonada. Cuando el policía logro salir, el crío, ya se había ido.