jueves, 1 de diciembre de 2011

Cafe Canibal - Parte I (Novela para el concurso Onetti 2012)

28/5/9- Santiago de Chile, Chile.



La mañana amanecía con su aire recio y desesperado de la ciudad, los autos iban y venían apurados y estresados, impulsados con su tos ronca y enferma. Los niños jugaban respirando ese hedor negro y espeso que no permitía siquiera que se vieran cuando jugaban.

En el medio de la calle se presenciaba a la policía, con su patrullero en la puerta de la casa de Alicia, cortando el trafico e indicando con sus graciosas manos que den vuelta y tomen algún otro camino. Los vecino alarmados se desesperaban por saber que sucedía, las viejas que hacían años vivían allí movían sus caderas con rapidez y fluidez para tratar de averiguar que cosa tan horrible le pudo pasar a la chiquilla. Los alambrados que pusieron provisorios detenían a todos de su estúpida y molesta curiosidad. Sin embargo el vecinito, el pequeño Lucas siempre decia que quería ser Policía, y su inocencia provoco cruzar el limite a preguntarle al oficial las cosas que hacia. Se encamino hacia el detective de casos complejos, mientras este a su vez se adentraba en la vivienda. El niño sin ser visto se cruzaba entre las piernas de los oficiales para llegar a su meta; atravesando puertas y pasillos dentro de la modesta casita. Las paredes estaban en decadencia, y los pisos estaban destruidos, con sus baldosas despedazadas. El crío a medida que avanzaba se atormentaba creyendo que ingresaba a esas casas encantadas donde vivían las brujas y los demonios.

Pues algo peor lo esperaba del otro lado de esa puerta roja al final del pasillo, esa misma puerta a la que el oficial había ingresado hacia unos segundos. Al verlo adentrarse en la habitación el niño se desespero por llegar al otro lado corriendo sigilosamente, como un zorro cuando intenta conseguir su comida. Cuando se poso enfrente al portal, estiro sus dedos del pie para llegar con su manita al picaporte.

Cuando abrió, la terrible imagen lo descoloco, allí estaba la vecina sentada en el sillón, como siempre lo hacia mientras miraba televisión. Pero en su vientre; algo tenia en su vientre, parecían tripas, como las que papa echaba en la comida del perro. Pero salían de ella. Estaba Sangrando! Que le pasa?!? Porque no se mueve?!? Sus orbitas deseaban reventar, temblaban con desesperación. Su cuerpo se tenso y comenzó a sacudirse. Tenia miedo, no quería terminar así.

Entre su desesperación lo sintió, una mirada que se clavaba en su cara. Miraba a los costados y no la encontraba, sin embargo allí estaba. El oficial lo vio, corrió cuanto pudo hasta llegar a la puerta y abalanzarse a la gente amontonada. Cuando el policía logro salir, el crío, ya se había ido.

1 comentario: