lunes, 18 de octubre de 2010

Del otro lado de la Luz

Hacia el año 1996 comienza la historia que pasaré a contar. Resulta que en un hospital de un pueblo de las afueras de la ciudad de Rivera, aparece un curioso hombre de estereotipo y complexión física normal, este empuja de manera muy brusca la puerta de entrada e ingresa. Allí dentro con gestos de desesperación, recurre a las enfermeras preguntando por la sala de partos. Una vez indicada por estas, sale de una manera muy apresurada, como gacela escapando de su agresor. Cuando logra divisar la entrada, su rostro comienza a reproducir gestos de felicidad, emoción y orgullo.
Derrepente se detiene a un metro de distancia aproximadamente y respira hondamente. Parecía que todo se detenía a su alrededor y con su mejor sonrisa se decide a entrar. Aproxima su mano al pestillo, lo toma, lo impulsa hacia abajo y empuja la puerta hacia delante. Parecía que todo era perfecto, es más sus nervios descendieron, mientras cruzaba el arco. Derepente un enfermero lo toma del brazo y le dice: -Señor, no puede ingresar ahi, estan en trabajo de parto-. Debía aparecer justo cuando casi logra ingresar completamente, giró su cabeza y lo observó. Era un hombre de estatura normal, rubio y de ojos café. Tenía una complexión física normal y aparentaba unos 25 años aproximadamente, pero lo que más le llamó la atención fué su nombre (que por cierto aparecía en un letrerito muy chiquito que llevaba enganchado en un bolsillo de la parte superior derecha de su camisa extremadamente blanca), se llamaba Martino Perez. Que extraño nombre, se pensó. Pero no le importó, solo se dió media vuelta en dirección al enfermero y le exclamó: -Es mi esposa la que está pariendo ahora! Déjame entrar!-. Cuanto más lo gritaba, más era sujetado. Derrepento notó que este joven, metió su mano izquierda en el bolsillo, como pareciendo que buscaba algo. Derrepente la búsqueda terminó y vió como lentamente sacaba algo que no aparentaba ser bueno. En ese instante asoma un pedazo de plástico, que no lograba divisar a que se debía.
Dejó de gritar y solo observó, como hiba apreciendo el objeto; un inyectable, un sedante. Eso era, el enfermero lo sacó bruscamente, pero el hombre lo tomó por las manos y le apretó de tal manera que el joven soltó la aguja y empezó a gritar.
Hasta que llegaron dos enfermeros más, se le tiraron encima y lo golpearon entre los tres; pobre hombre, se desmayó...
Cuando despertó se encontró sentado, frente a la entrada de la sala de partos, dejó pasar unos minutos hasta que recordó que estaba por ser padre, se levantó y de un velóz movimiento entró por la puerta. Allí observó hacia ambos lados y se centró hacia delante. No lo podía creer, allí estaba, su amor y el fruto de este.
Sus ojos se llenaban de lágrimas, expresaban felicidad y orgullo. El día más feliz de su vida, tomó a su mujer, le dió un beso y le susurro al oído: -Te amo, estoy muy feliz, gracias por hacerme el mejor regalo, sos todo mi mundo-.
Su mujer sonrió y juntos observaron a la criatura, que estaba en los brazos de ella.
Alegría y felicidad solo eso se respiraba en el aire y se podía escuchar "te amo" a lo lejos...

El tiempo transcurrió y la criatura seguía desarrollándose, haciendose de amigos, llendo a estudiar y salir a jugar.
Hasta que llegaron los quince; comienzo de la adolescencia y el desarrollo. Ya no es lo mismo, todo cambió y en su cuerpo, lo "normal" no se notó.
Al cuarto día luego de su décimo quinto cumpleaños, saliendo de su casa camino a la secundaria, vió a un hombre,del cual le llamó mucho la atención, ¿qué estaba viendo? ¿quién es ese para ganar su atención? Derrepente sintió una sensación extraña, ¿qué está sucediendo? Sintió que algo através de su pantalón asomaba; -dios! no puede ser!- se exclamaba para adentro. -Debo de estar mal-, se apresuró en ir a estudiar, mientras ese individuo quedaba detrás.
Mientras permaneció en el instituto se olvidó del problema, pero al llegar a casa recordó todo, porque a quien había visto, era su tío (desaparecido de la dictadura )¿Por qué ha de reaparecer hoy? Gran sorpresa que recibo. ¿Cómo sucedió esto? ¿Qué debo hacre ahora? Era extraño derrepente entendía todo y al mismo tiempo nada. ¿Podría ser? ¿Le atraía su tío? Sin saludar y ni siquiera mirar a nadie, se puso a llorar, sus padres le preguntaron que le sucedía, el solo se calmó, bajó la cabeza y subió a su habitación. Cuando entró se acostó en su cama,y se puso a pensar. ¿Podría ser ese realmente quien debería ser? Su tío había desaparecido en la dictadura con solo dos años de edad, cuando raptaron a su abuelo. ¿Y si no lo es? Eso no cambia nada le va a seguir atrayendo como la primera vez, que confusion, derrepente fué como si la lamparita de las caricaturas se le encendiera, se lenvantó muy decidido y se encamino al baño. Tomó papel higiénico, y empezó con un ritual un tanto acostumbroso para los hombres, primero se masturbó pensando en alguna chica muy atractiva, de la secundaria o alguna modelo... No funcionó, sus genitales estaban como cuando alguien de género masculino va a nadar. Y con un terrible miedo, empezó pensando en hombres; ¿cómo puede ser? ¿qué hizo para ser así? ¿fué alguna falla o algún problema de chico?
Nuevamente llorando se encerró en su habitación, mientras detrás de la puerta, sus padres preguntando que le había sucedido. El, se echó a dormir y no salió hasta el otro día...

Cuando notó su diferencia de la mayoría del resto, quizo buscar algún tipo de ayuda, como la mayoría cuando se encuentra en problemas, intentó encontrar algún psicólogo, pero no se animó, más tenía miedo, de que alguien indebido se enterara. Sin tener otra solución a donde recurrir decide terminar con su búsqueda y encerrarse en la fosa de la oscuridad.
Sus padres al notar que el no expresaba nada más que dolor, decidieron investigar por su cuenta, revisar sus cosas, hablar con sus contactos y preguntarle a sus amigos, no eran de las mejores acciones, pero es lo que hace un padre desesperado en esa situación.
Con el tiempo Gabriel, se sentía más distinto, más depresivo y más desgraciado.
Al mes de su decimo septimo cumpleaños decide suicidarse; ya eran las nueve de la noche, la familia entra temprano a trabajar, por lo tanto estaría solo. Se levantó de su cama y anotó una carta en la cual decía:
"Querida familia: se que estarán tristes, y desepcionados, pero fué la única solución que le encontré a la vida; escaparle...
Quiero que sepan que no quisiera serles una verguenza para ustedes, por eso decidí tomar esta desición.
Esto es un adiós, los quiero con el alma y quiero que sepan que los estaré esperando, del otro lado de la luz...
Cuando nos encontremos, tal vez les explique todo, tal vez no...
Bastante con que escribí la carta para despedirme, los amo con el corazón, cuiden de mis mascotas...
Solo eso; Adiós.

Gabriel"
Terminada la carta, se encaminó al baño y tomó la navaja con la cual se afeitaba su padre, la apoyó sobre su cuello y llorando, la dejó deslizar profundamente sobre lo que llamamos "yugular".
En ese instante, empezó a correr un mar de sangre...
Se desvaneció, solamente pensando que había llegado a la luz...
Y falleció...

En este mundo hay mucha gente (no solo chicos), que pasan por esto y terminan como terminó Gabriel...
Tratemos de evitarlo, pues el suicidio es una de las principales causas de muerte, seamos tolerantes a la gente que es distinta a nosotros, porque en fin somos todos diferentes y el mundo no sería mundo si fuésemos iguales. Solo Recuérdalo, no lo hieras, quiérelo...


Producido por: Cristian Serrón

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