lunes, 18 de octubre de 2010

Cronicas de la memoria Humana

Hola mi nombre es Paolo Santos, soy uruguayo oriundo de la ciudad de Minas. Actualmente tengo 56 años y recido en Montevideo.
Mi vida tuvo grandes repercuciones y "shocks" (por asi decirlo) que dieron vuelta mi vida, pero al mismo tiempo me dejaron muchas cosas buenas que no olvidaré.
Supongo que la peor época para mi fué la dictadura, en este período fui espectador de muchas atrocidades y violaciones a los derechos humanos, pero gracias a dios no sufrí ninguna de ellas, solo las presencié.
Supongo que por esto estoy aqui, ¿No es asi?
-Asi es, continúe por favor- Decía un hombre de buenas y elegantes vestiduras, y con una mirada desafiante.
Continuando Paolo decía: Estoy aqui para dar mi testimonio en el caso " Luis Camacho Osoria", decidí venir para quedar libre de todo pecado y contar lo que solo yo vi. Luis era vecino mío, nos llevabamos dos años nomás. Salíamos a tomar algo al bar de la esquina todos los fines de semana, y entre semana tomabamos mate en la mañana, en si eramos muy buenos amigos. No olvido el día en que desaparecío; cuando teníamos 18 años decidimos salir del país e ir a Bs. As., esto se dió en el año 1972.
-Cuatro años antes de su desaparición- Decía el hombre delante suyo, de buena vestidura.
Asi es, (continuaba Paolo) creo que esos no fueron muy buenos años para el, su novia lo había dejado y para peor no podía ingresar en el país.
-¿Porqué? ¿Pertenecía a algún movimiento de Política?- Preguntaba el hombre.
Paolo pensó por un momento y contestó: mmm... Creo que no, aunque de noche salía mucho del apartamento y no decía a donde híba, volviendo a la primera pregunta, sus antescedentes no decía nada acerca de que no podía ingresar al país, tuve que averiguarlo por mi cuenta, por que cada vez que le preguntaba me decía que no podía venir al Uruguay y, ademas, no quería, luego solo se encerraba en su habitacion hasta la mañana siguiente.
-Bien, ahora quiero que me cuente el momento de su desaparición ¿cómo fue?- Le preguntaba el hombre, con determinacion y un leve tono imperial.
Paolo con un leve tono de miedo y angustia continuaba: Si, esta bien, desapareció el sabado 15 de Agosto, en la esquina del edificio.
No olvido... Recuerdo todo muy claramente; como todos los sabados, allí en Bs. As. salíamos a un boliche a tomar algo, no nos gustaba bailar. Estuvimos hasta las 11:40 pm mas o menos, como el boliche estaba a dos cuadras, volvimos caminando. cuando llegamos a la puerta, alrededor de las 12:00 pm, vimos dos coches en el cantero, cuando giré la cabeza hacia la puerta habían dos tipos hablando con dos vecinos del piso. Mientras me preguntaba quienes eran, la vecina nos apunta y Luis me grita , corre! corre!
Quede estupefacto a la situación que se estaba dando, solo observaba como Luis corría hacia la esquina y esos tipos pasaban corriendo al lado mío en dirección hacia el. Parecía en un momento que el mundo se detenía, y cuando miré a la vecina, observé una cara de angustia, odio, decepción y rencor.
Cuando volví en si, miré de golpe para atras (hacia donde hiba Luis y los dos tipos) y uno de estos hombres se detuvo, giró la cabeza me miró y corrió hacia mi. No sabía que hacer, no hice más que correr hacia la esquina contraria, cuando llegué a mitad de cuadra tropecé con una loza floja y el hombre me alcanzó.
Me golpeó con la cachiporra y me decía que me quedara quieto, por miedo a morir decidí hacer caso. Pero este no se detuvo y me golpeo hasta dejarme inconciente. Amanecí en el apartamento, no estaba Luis. Decidí salir a ver afuera, cuando abrí la puerta estaba la vecina, le pregunté que le pasaba y me gritó mil barbaridades, hasta que escuche una que me dejó helado, simplemente exclamó "Tupamaros mal nacidos". Como mis reflejos son un tanto violentos, le pegué un derechazo y la dejé tirada en las escaleras 8 Luego de dos meses recibí una denuncia de su parte pero no terminé preso, ni nada de eso). Bajé los tres pisos y salí afuera, no parecía que en la noche anterior hayan habido disturbios, la sangre no estaba y las baldosas no estaban sueltas ni rotas. No lo podía creer, parece que hubieran limpiado todo.
Solo podía pensar que era todo un sueño. así que me acosté a dormir. En los siguientes dos días, hice mi vida como siempre.
-¿No pensó en hacer nada?- Le preguntaba el hombre elegante.
No, porque creía que estaba bien y sabía que no podía hacer nada para ayudarlo. Hasta el tercer día que recibí una carta de el.
Que decía que estaba bien, y que estaba en lo de su madre refugiado de esos tipos, entonces para asegurarme, decidí llamar a la casa de sus padres en Paso de los Toros.
Cuando llamé su padre me dijo que no estaba allí, entonces tratando de ser lo más frío para no sentir dolor y angustiarme, le expliqué lo que sucedió.
Y gracias a ellos, que me convencieron, estoy aquí.
-Muchas gracias- decía el hombre.
Paolo solo se levantó de donde estaba sentado, y se fué.
Camino a su casa en en el barrio de la Unión, solo pensaba y reflexionaba para adentro: ¿como puede ser que no sepa nada de su paradero? el cuerpo ¿será real?
Bendita esperanza tuvo su madre para incinerar ese par de manos y ese craneo, yo no hubiera actuado del mismo modo, habría de hacer que los examinen. Bue... pero somos todos diferentes.
No me gustaría pensar que en mi casamiento hubiera estado siendo torturado, se que fué dos años después de su desaparición, pero en ese entonces tenía la simple esperanza de volver a ver a mi viejo amigo. y tomar mate en las mañanas y salir todos los sabados de noche.
Si solo supieras Luis, la vida que llevo, tengo un muy buen empleo en una empresa de publicidad y una familia hermosa, aunque tuvo sus problemas como todo grupo filial. En tantos momentos me hubiera gustado que estes a mi lado pero no pudo ser, solamente no pudo ser...
Cuando llegó a su casa abrió la puerta respiró profundamente, al notar que no había nadie, no exclamó nada y entro sin ningún problema.
Preparó el mate, mientras escuchaba un vinilo de Gardel y salió a su jardín trasero se sentó en una plegable de hermosos y resaltantes colores y mientras tomaba mate, escuchaba a las aves...

Dos horas después, el hombre de elegante vestidura llama a otro señor al cuarto en el que permanecía, en ese momento entra un individuo de unos 50 años masomenos...

Buenas tardes a todos mi nombre es Julio Laferrere, soy de Canelones, pero siempre viví en Montevideo. Conocía a José de niño, eramos como hermanos, su tía era mi vecina y siempre que venía salíamos a jugar.
-Bien, pero necesitamos saber el momento en que falleció, por favor- Decía el mismo hombre, que escuchaba a Paolo.
Aunque esta vez lo miraba con un poco de culpa.
Julio continuó: Bien... quiero que sepan de primera que aunque mucho lo quería, no tenía animos de venir. Tampoco digo que no quisiera que encontraran su cuerpo, pero me termino sintiendo muy mal aqui.
Su madre denució y abrió el caso con un tanto apoyo mío, es otra de las razones por las cuales estoy aqui, para resolver de una vez por todas el caso "Oscar José Baliñas Arias".
Yo, hacia el año 1977, estube detenido tres meses, fué un período muy dificil para muchos. Dentro de el establecimiento conocí a muchos como yo, que por opinar un tanto diferente terminaban presos.
En el tiempo que estube allí conocí a Ricardo Rosa fué compañero de celda. Nos secuestraron en la misma semana, recuerdo que cuando nos torturaron, habían cuatro personas allí, de las cuales tres eramos José, Ricardo y yo.
La cuarta persona se llamaba Eduardo Platero, de la cual no hablé mucho con el.
Yo tenía los ojos vendados no podía mas que escuchar gritos de dolor y sentir el olor y gusto a la sangre.
Mientras nos golpeaban y nos preguntaban, José con un tono de sufrimiento y miedo gritaba que era hijo del gral. Baliñas; el siempre fué asi, muy orgullso y más por su padre.
Aunque creo que lo decía para tratar de salir de allí, no con orgullo sino con temor y humildad. Pero todo le fué en vano, porque solo se escuchaba la voz de un hombre que decía que en ese lugar no le serviría de nada ser hijo de nadie y entonces escuche esa voz femenina; esa desgraciada dijo que le pisen la cabeza, ninguno escuchó más sus gritos...(Julio, en ese momento ronpió en llantos).
-Muy bien y muchas gracias por estar aqui y soportar todo esto, no puedo decir más, que lo siento- decía ese hombre elegante de buenas vestiduras, pero que esta vez no sentía culpa y no desafiaba a nadie, simplemente se sintió en el lugar de ellos y en su mirada se notó la tristeza.
Julio terminó diciendo entre sollozos: Muchas gracias y disculpenme tube muy malos recuerdos de ese antro infernal...
Lentamente Julio se levantó y se retiró, camino a su casa permaneció en completo silencio, ni su respiración se sentía. Una vez en su casa en Paso Molino, se acostó y prendió la TV.
Benditas noticias, pensaba. Pues justo estaban informando sobre una marcha por los desaparecidos, entre muchas personas, vió a Ricardo y Eduardo, esto lo puso un tanto feliz, saber que alguien que estubo a su lado en esa época puede contar las cosas por las que pasaron.
Antes de apagar la television y no querer ver más carteles de los recuerdos dolorosos, le llamó la atención una pancarta en la cual había una frase que decía: "Si estoy en tu memoria, soy parte de tu historia"
Con una leve sonrisa, apagó la tele se hechó a dormir y se dió cuenta que muchos, como José estarán en la historia de muchos uruguayos, y hasta tal vez estén en las páginas de los libros, y aunque no encuentren los cuerpos nos daremos cuenta que recordarlos es el mejor homenaje que se les puede hacer, porque ellos se lo merecen... Y simplemente se durmió.



Produvido por: Cristian Serrón (enteramente mio)

Reparto de personajes: -Paolo Santos (Ficticio)
-Luis Camacho Osoria (Realidad)
-Julio Laferrere (Ficticio)
-Oscar José Baliñas (Realidad)
-Ricardo Rosa (Realidad)
-Eduardo Platero (Realidad)
Testimonios tomados de documentos, parte de las acciones fueron ficticios.

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