lunes, 21 de diciembre de 2009

La Habitacion.

El lavarropas gruñe sin parar,
más es el único sonido que he de escuchar.
Mi respiración ha de aumentar
y solo el eco de este lapiz se siente resaltar.

La luz brilla sin cesar,
toda la habitación ha de alumbrar.
Los tres cuadritos torcidos están
y sus frases de la vida hablarán.

Mi cabeza perdida está,
miro a ambos lados nada he de escuchar.

Sentado en la cama permanezco,
el tiempo me dice que fallezco.

Si la puerta pronto no ha de abrir,
yo por mis métodos he de salir...


Escrito por Cristian Serron

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